A pesar de los esfuerzos diplomáticos de Argentina, el gobierno de Lula en Brasil ha tomado una postura más pasiva de lo esperado en el caso del gendarme argentino Nahuel Gallo, detenido en Venezuela.
Tras la expulsión de los diplomáticos argentinos de Venezuela, Buenos Aires recurrió a Brasil a través del Mercosur para que asumiera las responsabilidades consulares y acompañara a la familia de Gallo en la búsqueda de información sobre su paradero. Sin embargo, desde Brasilia informaron que acompañarán a Argentina, pero con una actitud más moderada de la que le gustaría al gobierno de Javier Milei.
Funcionarios argentinos entienden que la detención de Gallo navega por "ríos turbulentos y complejos", sobre todo después de que Venezuela lo haya catalogado como "terrorista". Además, sospechan que Nicolás Maduro podría estar utilizando al gendarme como una carta de negociación.
En este contexto, la Argentina también ha recurrido a otros actores internacionales, como el Vaticano y la futura administración de Donald Trump en Estados Unidos, en busca de apoyo para lograr la liberación de Nahuel Gallo. Sin embargo, los esfuerzos parecen encontrar obstáculos, en parte debido a la compleja relación entre Milei y el presidente brasileño Lula da Silva.
Comentarios: