📝Por Olivier Ubertalli⤵️
En las fotos del lago de Maracaibo, las aves están atrapadas en una mancha negra. El periodista venezolana nos muestra la terrible marea negra que afecta a uno de los yacimientos de crudo más importantes del mundo. Antaño, Maracaibo era sinónimo de el Dorado. El petróleo fluía a raudales y los venezolanos no carecían de nada. Hoy, los pozos están abandonados, las torres de bombeo giran en vacío y los viejos tubos de los pozos tienen fugas. La contaminación obliga a los pescadores que viven en las casas de palafitos del lago a quedarse en tierra algunos días y, cuando salen, a lavar abundantemente el pescado que capturan en sus redes.
En el otro extremo este del país, en Punta de Mata, una refinería que alguna vez fue la más grande de Latinoamérica yace paralizada. La revolución bolivariana de Hugo Chávez y Nicolás Maduro ha arruinado el sector petrolero, la principal riqueza de Venezuela. Décadas de mala gestión, corrupción y desinversión han dejado en ruinas a la estatal PDVSA, que llegó a ser una de las compañías petroleras más importantes del mundo.
Hoy, Venezuela se encuentra sumida en una profunda crisis económica y social. El país con las mayores reservas de crudo del mundo se ha convertido en una nación empobrecida, con escasez de alimentos y medicinas, y millones de venezolanos huyendo al exilio. Un terrible desperdicio que contrasta con la abundancia de antaño.
La irresponsable política económica y el saqueo de los recursos públicos por parte de los gobiernos de Chávez y Maduro han condenado a Venezuela a un futuro incierto. Recuperar el esplendor perdido del sector petrolero será una tarea ardua y compleja para las futuras administraciones.
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