En medio de las festividades navideñas, los venezolanos enfrentan una grave escasez de gas doméstico, complicando aún más la situación en el país sudamericano. A pesar de ser conocida como el "corazón gasífero de Venezuela", la ciudad de Anaco, en la región oriental, y otras áreas están sufriendo prolongados periodos de espera para adquirir este recurso esencial.
La crisis se intensificó tras una explosión en el Complejo Gasífero Muscar, en el estado Monagas, que impactó significativamente la producción nacional de gas. Como resultado, el Complejo Criogénico José Antonio Anzoátegui en Barcelona asumió la responsabilidad de distribución, aunque su capacidad no logra satisfacer la demanda creciente.
A pesar de las vastas reservas de gas natural de Venezuela, la industria ha sido golpeada por problemas internos, lo que ha llevado a una reducción en la producción. La distribución, afectada en un 80% por el incidente en Muscar, ahora se realiza bajo restricciones y cronogramas específicos, generando incertidumbre sobre cuándo se normalizará el suministro.
Mientras tanto, autoridades y comunidades promueven el uso racional del gas doméstico en un intento por mitigar la escasez. Sin embargo, la falta de un horizonte claro para la resolución de esta crisis ha dejado a muchas familias preocupadas sobre cómo enfrentarán las festividades sin un suministro regular de gas, indispensable para la preparación de los tradicionales platos navideños.
Esta situación resalta las dificultades cotidianas que enfrentan los venezolanos, en un contexto de crisis económica y social que continúa agravándose.
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