Desde la invasión rusa de Ucrania en 2022, Rusia ha estado desplegando una flota masiva de barcos bajo el radar para evadir las sanciones internacionales y seguir exportando petróleo. Este fenómeno de "flotas fantasma" no es nuevo, pero la escala de las operaciones rusas está haciendo que el espacio marítimo sea menos seguro.
Las flotas fantasma no solo violan las sanciones, sino que también representan amenazas ambientales y económicas. Estos barcos suelen ser viejos, carecen de seguro y su propiedad es opaca, lo que aumenta el riesgo de incidentes en el mar.
Venezuela también recurre a flotas fantasma
Pero Rusia no es el único país que utiliza estas tácticas. **Venezuela, sometida también a sanciones occidentales, ha recurrido a flotas fantasma para continuar exportando sus recursos**, sumándose así a Irán y Corea del Norte en este tipo de actividades para evadir las restricciones impuestas por Estados Unidos y Europa.
El uso de estas flotas fantasma plantea la cuestión de si deben considerarse una forma de "guerra en zonas grises" o simplemente herramientas de transporte marítimo. Independientemente de cómo se clasifiquen, es claro que están aumentando la inseguridad en los océanos y ejerciendo presión sobre los estados costeros, al tiempo que respaldan los esfuerzos bélicos de Rusia contra Ucrania.
Los analistas advierten que es altamente probable que Rusia siga desplegando estas flotas mientras permanezca bajo sanciones, y que los países costeros deben monitorear y rastrear estas actividades para mitigar los riesgos.
Fuente: Bloomsbury Intelligence & Security Institute
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