La certificación de Carter sobre las elecciones fraudulentas de Chávez en 2004 sentó las bases para el colapso de la democracia venezolana.
La imagen de Jimmy Carter como un ex presidente dedicado a causas humanitarias y de promoción de la democracia ha sido ampliamente cuestionada debido a su nefasta intervención en Venezuela.
En 2004, cuando Hugo Chávez enfrentaba un referéndum revocatorio, Carter y su Centro Carter certificaron que el proceso electoral había sido "libre y justo", a pesar de múltiples denuncias de fraude por parte de la oposición. Esta validación del gobierno de Chávez le permitió consolidar su poder y dar inicio a la progresiva destrucción de la democracia venezolana.
Según analistas, la arrogancia y el ingenuo optimismo de Carter lo llevaron a ignorar las evidencias de manipulación electoral, otorgándole así una fachada de legitimidad democrática al régimen chavista. Esto sentó las bases para que los sucesores de Chávez, como Nicolás Maduro, perpetuaran un sistema electoral fraudulento que ha hundido a Venezuela en una profunda crisis política y económica.
La propia Carter Center terminó reconociendo en 2024 que las elecciones en Venezuela no cumplían con los "estándares internacionales de integridad electoral", admitiendo así el grave error cometido dos décadas atrás.
Para muchos venezolanos, la intervención de Carter en su país representa un capítulo oscuro que ha tenido consecuencias devastadoras. Su imagen como un promotor de la democracia ha quedado seriamente cuestionada por haber optado por la complacencia con un dictador, en lugar de defender la voluntad del pueblo venezolano.
Fuente: Informe especial de la agencia de noticias Reuters.
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