México y Colombia han anunciado que enviarán representantes diplomáticos a la ceremonia de investidura de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela, el próximo 10 de enero. Esta decisión representa un cambio en la postura de ambos gobiernos con respecto al reconocimiento de la polémica reelección del líder chavista.
Tanto la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, como su homólogo colombiano, Gustavo Petro, condicionaron su presencia en la toma de posesión de forma más o menos explícita al hecho de que el chavismo haga públicos los resultados de la victoria electoral.
Por su parte, Edmundo González Urrutia, el candidato de la oposición agrupada en la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), que se autoproclamó vencedor de los comicios, también ha insistido en que tiene la intención de asumir el cargo el mismo día.
En contraste, Brasil no enviará representantes a Caracas y ya ha declarado que no reconocerá al nuevo gobierno de Maduro a partir del 10 de enero.
La decisión de Colombia y México de participar en la ceremonia de investidura marca un giro en su posición diplomática, luego de que anteriormente cuestionaran la legitimidad del proceso electoral en Venezuela.
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