Regímenes autoritarios como Cuba y Venezuela están utilizando a los presos políticos como fichas de negociación con la nueva administración de Donald Trump, con el objetivo de que este suavice las sanciones impuestas a estos países. Según el analista político Antonio Rodiles, estas dictaduras manejan cifras conservadoras de más de 1,000 y 2,000 presos políticos respectivamente, y utilizan una "puerta giratoria" para encarcelar y liberar a algunos de ellos.
Rodiles espera que la nueva administración Trump tenga "una visión más sistémica y orgánica" sobre la represión y los derechos humanos, y no se quede solo en las sanciones. También hace un llamado a una "contrafuerza" real y coherente que se oponga a estos regímenes, más allá de las sanciones.
El comportamiento del régimen cubano, en particular, dependerá mucho de la respuesta que dé la nueva presidencia de Trump en Estados Unidos.
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