Un compuesto lácteo llamado Tigolac, que se vende en los supermercados venezolanos, fue fabricado por una empresa brasileña que fue intervenida por las autoridades de Brasil por adulterar sus productos con sustancias tóxicas como soda cáustica y peróxido de hidrógeno. A pesar de que las autoridades brasileñas prohibieron la circulación de este producto, en Venezuela el Ministerio de Salud continúa permitiendo su comercialización sin haber emitido ninguna alerta o medida de precaución. La importadora venezolana de Tigolac, Corporación R3 C.A., tampoco ha dado explicaciones sobre este escándalo.
Caracas, 26 de enero de 2025 - El compuesto lácteo Tigolac, que se vende ampliamente en los supermercados venezolanos, ha sido fabricado por una empresa brasileña que fue intervenida por las autoridades de ese país por adulterar sus productos con sustancias tóxicas.
En diciembre de 2024, el Ministerio Público de Río Grande do Sul, en Brasil, suspendió la comercialización de varios productos lácteos de la empresa Dielat Indústria e Comércio de Laticínios Ltda, ubicada en Taquara, luego de que una inspección detectara la adulteración de la leche, dañada o vencida, con soda cáustica y peróxido de hidrógeno. Además, se encontraron "pelos indefinidos" y manchas de suciedad dentro de los envases.
A pesar de que las autoridades brasileñas prohibieron la circulación del producto Tigolac, en Venezuela el Ministerio de Salud continúa permitiendo su comercialización sin haber emitido ninguna alerta o medida de precaución.
La importadora venezolana de Tigolac, Corporación R3 C.A., tampoco ha dado explicaciones sobre este escándalo. La empresa, propiedad de los hermanos Karim Ricardo y Jonathan José Rabbat Sabe, se dedica a la importación de alimentos procesados desde varios países, entre ellos Brasil.
Según la información disponible, el Ministerio de Salud de Venezuela otorgó el permiso sanitario para la comercialización de Tigolac, pero se desconoce si realizaron análisis a los lotes ya presentes en los supermercados locales.
"Esos productos Tigo se venden bien, son muy baratos, por eso se los lleva la gente", comenta un dependiente de un abasto en Caracas, lo que evidencia la alta demanda de este tipo de productos entre los consumidores.
La falta de reacción de las autoridades venezolanas y de la propia importadora ante este escándalo sanitario en Brasil genera preocupación entre los expertos y consumidores, quienes cuestionan la supervisión y los controles sobre los alimentos importados que llegan al país.
Reportaje por ARMANDO.INFO
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