Debido a la escasez de gas doméstico que se vive en el país, los habitantes de Venezuela se han visto obligados a recurrir al uso de cocinas eléctricas para poder preparar sus alimentos.
Según lo informado, los principales centros de distribución de gas, mantienen sus puertas cerradas, impidiendo que las personas puedan acceder al suministro.
"Tenemos que reparar la cocinilla eléctrica a cada rato porque los cables se queman o incluso la misma resistencia", afirmó Andrés Torrealba, un ciudadano afectado por esta situación. Esto se debe al alto consumo de electricidad y a la baja calidad de estos dispositivos, lo que provoca constantes cortos circuitos en las casas.
Si bien el uso de cocinas eléctricas se ha vuelto la solución más común ante la falta de gas, esta actividad se ha convertido en una rutina constante para muchas familias, quienes deben reparar o reemplazar estos equipos con frecuencia, llegando a gastar casi lo mismo que costaría una nueva cocina.
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