Nicolás Maduro, cuestionado por fraude electoral, se juramentó para un tercer mandato y ahora propone una "gran reforma" a la Constitución, lo que despierta temores de una "nicaragüización" del país, en referencia a los pasos tomados por el gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua.
Maduro y su aliado Ortega han impulsado leyes que endurecen las penas por delitos políticos, inhabilitan a opositores y permiten juicios en ausencia, además de fortalecer a las organizaciones afines al gobierno en detrimento de las autoridades electas.
Activistas denuncian que estas medidas buscan consolidar el poder de Maduro y cerrar espacios a la oposición, en un contexto de violaciones a los derechos humanos y protestas por su reelección cuestionada.
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