Adalis Reina y María Fernanda Millán, dos de las pacientes, denunciaron que la unidad carece de los materiales y equipos necesarios para brindar un servicio adecuado. Destacaron que 8 de las 16 máquinas de diálisis se encuentran dañadas, dejando a unos 120 pacientes sin acceso al tratamiento.
"Tememos por nuestras vidas, porque es realmente peligroso para nuestro bienestar", afirmaron las pacientes, quienes exhortaron al gobernador y al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales a brindar urgente apoyo.
Entre las principales necesidades, los pacientes señalaron la falta de una planta eléctrica de respaldo, lo que genera caos cuando se va la luz. Además, indicaron que no cuentan con medicamentos ni insumos para atender emergencias médicas.
Según los testimonios, algunos pacientes incluso han tenido que contribuir económicamente para la reparación de las máquinas, lo cual representa una carga adicional para familias con escasos recursos.
La situación en la Uninef refleja la crisis que enfrenta el sistema de salud en Venezuela, donde se estima que más de 3 millones de personas padecen de enfermedad renal crónica y alrededor de 21.000 requieren terapia de reemplazo renal.
Los pacientes renales de Puerto Ordaz claman por una solución inmediata que garantice su acceso a un tratamiento digno y seguro, evitando así consecuencias fatales.
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