La policía del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua ha llevado a cabo una feroz ofensiva contra las iglesias en el país. Más de 30 monjas de la Orden de Santa Clara fueron expulsadas de sus monasterios, y el Palacio Episcopal de Matagalpa, residencia del obispo católico, fue ocupado por la policía sin justificación legal.
Según la abogada nicaragüense Martha Patricia Molina, el régimen tiene un plan definido para apropiarse de los bienes de las organizaciones religiosas, tanto católicas como evangélicas. Hasta el momento, han cerrado 1.323 asociaciones, fundaciones y congregaciones en solo dos años y tres meses.
Las expropiaciones parecen tener un doble propósito: demostrar el poder del régimen por encima de la fe y la religión, y capitalizarse con bienes que incluyen objetos de valor incalculable, como pinturas e imágenes de más de 300 años. Molina advierte que "lo que se están robando es invaluable" y que "son cuestiones históricas que se están perdiendo en el país".
La abogada teme que, al igual que ocurrió tras la derrota electoral del Frente Sandinista en 1990, haya una nueva "piñata" de repartición de los bienes religiosos expropiados. "Se los reparten o los venden", señala, advirtiendo que en unos años podría verse un supermercado chino en el antiguo Palacio Episcopal de Matagalpa.
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