La líder opositora, María Corina Machado, ha denunciado que el régimen de Nicolás Maduro está acelerando la destrucción de la Amazonía a través de la minería ilegal.
Según la dirigente, desde las elecciones del pasado 28 de julio, las actividades extractivas ilegales han incrementado drásticamente, provocando un daño irreparable en la región.
En tal sentido, la socióloga y defensora de DD.HH., Ligia Bolívar sostiene que “en efecto, ese es un fenómeno que vemos principalmente en los estados Bolívar y Amazonas, en parte producto de lo que ha sido el impulso del arco minero del Orinoco, que ha sido una situación también bastante descontrolada, y que se ha convertido en un polo de atracción para las actividades económicas ilícitas en territorios que son tradicionalmente indígenas”.
“Y eso está trayendo como consecuencia un choque cultural, en el sentido de que también hay que reconocer que las comunidades indígenas, al igual que el resto del país, están sufriendo las consecuencias de la emergencia humanitaria compleja, agrega.
Cabe destacar que en su denuncia Machado también enfatizó los presuntos vínculos de la administración Madurista con guerrillas y mafias que controlan la explotación ilegal de minerales en la zona.
“Se jactan de luchar contra la minería ilegal, pero están asociados con la guerrilla colombiana y otros grupos armados organizados para enriquecerse, mientras abusan de nuestros pueblos indígenas y destruyen de manera irrecuperable nuestro extraordinario patrimonio natural.
Bolívar asegura que “es una presencia oportunista en el sentido de que si yo veo, valga la redundancia, una oportunidad de negocio de una economía ilícita, pues la voy a tomar, ¿no?”.
Un reciente estudio de la agencia AFP, basado en datos satelitales de MapBiomas Amazonas, reveló que el 23% de la cobertura forestal de la Amazonía ya ha sido afectada por actividades agropecuarias, mineras y de infraestructura, lo que ha generado una fragmentación ecológica sin precedentes.
Otros 108 millones de hectáreas están en riesgo de quedar aisladas, lo que amenaza la estabilidad del ecosistema amazónico.
La deforestación y la expansión de la minería ilegal en la región continúan siendo una problemática crítica, con implicaciones no solo para Venezuela, sino para todo el planeta, debido al papel fundamental de la Amazonía en la regulación climática global.
Mientras tanto, la comunidad internacional sigue observando con preocupación la situación, sin que hasta el momento se hayan tomado medidas contundentes para frenar el deterioro ambiental en la región.
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